Esta semana no os traigo ninguna receta nueva. Creo que ya tenéis bastante saturación de recetas navideñas y creo que además es momento de parar, descansar y disfrutar.
Este 2020 ha sido un año muy extraño. Un año que nos ha traído a una «nueva» realidad, que nos ha llevado por la calle de la amargura. Muchos han perdido el trabajo, el negocio,… Otros hemos teletrabajado, con niños en casa, pasando todo el confinamiento en pisos pequeños, todos juntos, rezando porque nadie cogiera nada.
Para algunas familias, ha sido un año duro. El coronavirus se ha llevado a mucha gente y con ello, muchas familias han perdido a seres queridos. Pero no debemos olvidar que no solo existe el coronavirus, desgraciadamente muchos hemos perdido familiares por culpa de enfermedades que siguen siendo una lacra en este mundo.
Este año he perdido a un familiar que luchó con uñas y dientes por vencer al cáncer, que 2 años antes le habían diagnosticado. Un cáncer que la consumió poco a poco, pero que nunca pudo apagar el espíritu luchador, pues hasta el final tuvo la esperanza de volver a estar bien. El coronavirus hizo que no pudiéramos estar con nuestros seres queridos, que no pudiéramos abrazarlos y no pudiéramos acompañarlos.
Por ello, a un paso de finalizar este año tan horrible, quiero parar, descansar y disfrutar de lo que tengo. Disfrutar de mi marido, de mi hija, de su compañía. Pensar nuevas recetas para traeros el próximo año y nuevas invenciones. Volver a querer escribir en mi blog de Mami Reciente Cuenta.
Así que simplemente me paso por aquí para desearos Feliz extraña Navidad. Espero que dejemos atrás toda esta pesadilla y el 2021 sea un año de nuevos comienzos y esperanza.
