Hacía mucho tiempo que quería hacer estos rollos de canela para poderos traer la receta y es que… es adictiva!!!
Es una postre pesado. Es un postre para golosos. Es un tentempié para los amantes de la canela. Tenéis que probarlo y os moriréis de amor con el sabor.
He mirado muchas recetas. Sinceramente, he visto que todas se parecen. Mismos ingredientes para la masa, obviamente, pero lo integran todo de diferente manera. Pero cuando quiero probar a hacer alguna receta dulce que no haya hecho nunca, siempre termino en el canal de Youtube de Alma Obregón. Ya sabéis quien es, verdad? Sinceramente, la adoro. A ella y a su familia. Y es que hace que una receta a la que puedas tenerle miedo, veas que realmente puedes hacerlo.
Así que la receta de hoy está inspirada en los rollos de canela que Alma prepara.
Os dejo con la receta que aunque tiene muchos pasos, veréis que es super fácil!!
Ingredientes:

- PARA LA MASA:
- 200 gr harina de fuerza
- 150 gr harina trigo
- 4 gr levadura seca panadero
- 125 ml leche
- 35 gr mantequilla a temperatura ambiente
- 40 gr azúcar blanco
- 1/2 cdta sal
- 2 huevos M
- PARA EL RELLENO:
- 75 gr azúcar moreno
- 20 gr harina
- 35 gr mantequilla fundida
- 3 cdtas canela
- GLASEADO:
- 100 gr azúcar glass
- 100 gr queso philadelphia
- 2 cdtas de agua
Receta:
Lo primero que haremos será poner en un cazo, la leche, la mantequilla a temperatura ambiente, el azúcar y la sal. ES MUY IMPORTANTE que la mantequilla esté a temperatura ambiente, no fría, porque aunque la vas a calentar con el resto de ingredientes, se debe calentar poco, si no luego la magia de la levadura no funcionará.
Ponemos el cazo al fuego. Ponerlo a fuego medio para que caliente, pero lo dicho, no en exceso. Cuando veamos que la mantequilla empieza a fundirse. Apaga el fuego y sigue removiendo para que con el calor residual se deshaga completamente.
Después en un bol pondremos la mitad de la harina y añadimos la mezcla anterior y mezclamos. Lo puedes hacer a mano o a máquina. Yo en este caso lo hice con la amasadora, poniendo el gancho. Si lo haces así, debes ponerlo a velocidad media y dejar que se integren los ingredientes.
Una vez integrados los ingredientes, añadimos la levadura seca y seguimos mezclando. Lo dicho anteiormente, lo puedes hacer con la amasadora como hago yo o a mano, simplemente con una paleta de madera o una lengua de gato.
Después agregamos los huevos. Primero uno, que se mezcle y luego el otro y que se mezcle. Por último pondremos lo que nos queda de harina y que siga mezclando.

Al hacerlo a velocidad media, dejé que la máquina trabajara casi unos 7-8 minutos seguidos. Después amasé, en el mismo bol, con la mano (IMPORTANTE: Si lo haces con la mano, échate aceite para que no se te pegue la masa).
Esta masa es muy pegajosa. Alma, en su vídeo te lo comenta, no añadas más harina pensando que está mal, porque si no luego quedarán muy secos. La masa es así, no pasa nada. Es más difícil de trabajar, pero si te engrasas bien las manos cuando la manipules, no pasará nada.
Una vez está bien amasada, debemos ponerla en un bol, engrasado previamente y taparla con film o con un trapo y dejar que doble su volumen. Para ello, yo la puse en mi habitación, en una mesa auxiliar. Por qué ahí? Porque en la cocina, al no entrar la luz natural es un sitio más frío y nuestra habitación es el lugar más cálido. Así «ayudas» a la masa que crezca.
Cuando haya pasado el tiempo y veamos que nuestra masa ha doblado su volumen es el momento de preparar el relleno. Para ello, en un pequeño bol mezclamos: harina, azúcar moreno y canela. Removemos para que se mezclen bien. Fundimos la mantequilla con la ayuda del microondas, pero con cuidado y unos pocos segundos.
Espolvoreamos harina en la mesa de trabajo. Ponemos la masa. Nos engrasamos bien la mano. Hacemos una bola y con ayuda de nuestro rodillo, estiramos la masa, de manera que hagamos un rectángulo. Recuerda hacerlo todo igual, para que tenga el mismo grosor.
Una vez bien estirada, pintaremos la masa con la mantequilla fundida y la ayuda de un pincel de cocina. Después añadimos la mezcla de canela, azúcar moreno y harina y extendemos bien por toda la masa.
RECUERDA: Extiende bien por toda la masa, pero deja sin relleno el final de masa. El perfil, porque cuando la enrolles, la mezcla se movera y se podría salir.

Cuando tengamos todo, solo nos quedará enrollar la masa, con cuidado, con la ayuda de nuestras manos y nuestra paciencia. Una vez enrollada, cortaremos los rollos, más o menos a 3 dedos de grosor.
Ponemos nuestros rollos en un molde, previamente engrasado, que se pueda meter en el horno. Deja espacio entre ellos, pues cuando lo tengas preparado, debes tapar, nuevamente, los rollos, en el molde, y dejar que leuden, una vez más.
Cuando hayan doblado su volumen, encendemos el horno para precalentar, a 180º, calor arriba y abajo. Dejamos que precaliente y de mientras, con ayuda de un pincel, pintamos los rollos de canela con un poco de leche.
Una vez que el horno esté caliente, metemos nuestros rollos de canela y dejamos la masa cocinar durante 20 – 25 minutos.

CONSEJITO: Yo dejé la masa 15 minutos, fui a verla. Ya estaba dorada. La dejé 3 minutos más y la saqué del horno. Cada horno, como sabes, es un mundo, el mío puede calentar más y el tuyo menos. Así que la mejor manera de saber que la masa está bien, es que cuando la veas dorada, abras el horno y hagas el truco del palillo.
Mientras nuestra masa está en el horno, podemos preparar el glaseado que pondremos por encima. Esta vez, he hecho el glaseado más básico, per taaaaaaaan rico que te lo comes a cucharadas.
Lo único que debemos hacer es mezclar el queso tipo philadelphia con el azúcar glass (IMPORTANTE: El azúcar glass es mejor que lo tamices para que te ayude luego a mezclar mejor y no tener grumos).
Mezclamos bien los dos ingredientes con una varilla manual. Si veis que la mezcla queda algo más dura y queréis que quede ligera, es mejor añadir un poco de agua. Yo en mi caso, añadí una cucharada de agua cuando estaba batiendo. Recuerda batir enérgicamente, para que no se monten los grumos.

Cuando saquemos nuestros rollos de canela del horno, debes poner el glaseado. No hace falta ponerlo todo. Puedes dejar una parte, para que aquellos que lo deseen se pongan más cuando lo sirvas.
Dejamos enfriar un poco. En casa nos gusta de dos maneras. A unos, templado y a otro frío. ¿Y tú, como los prefieres?
